En la primera etapa de MUSICA FFWD, se desarrollaron cuatro módulos formativos, para un total de 16 sesiones realizadas que contaron con la participación de más de 20 expertos nacionales y 15 expertos internacionales de países como Argentina, Colombia, Chile, Brasil, México y España, y juntos enriquecieron las distintas temáticas desarrolladas.
Aportar al desarrollo del sector musical y fortalecerlo como un espacio vital, dinámico y colaborativo, fue el propósito de este espacio.
Este espacio se enfocó en pensar el contexto del sector desde lo más cercano, definir las posibilidades del proyecto y entender las dinámicas actuales con sus posibilidades y tecnologías. En este contexto se vuelve clave pensar en el ecosistema de la música de Costa Rica como algo vital y dinámico.
Este primer módulo se desarrolló con cuatros temas principales y sus expositores:
Todos con un común denominador: la situación que vive la música actualmente, y aún más en tiempos de pandemia, la forma en que se ha tenido que reinventar.
La música se plantea colaborativa desde el momento en que dos personas se reúnen a tocar juntos o incluso a disfrutar escuchándola. Cuando dos artistas o gestores comparten información, ambos se potencian cooperando.
Esta experiencia se amplia y se formaliza cuando distintas personas aportan al desarrollo de los proyectos desde la gestión y si estos proyectos; además, se dinamizan entre sí, con objetivos de trabajo concretos, ocurre en su máxima expresión LA ASOCIATIVIDAD. El conjunto de individuos forma parte de algo mucho más grande, algo que se vuelve clave en el esquema actual de la música independiente.
Los temas que se expusieron en este módulo son:
Los espacios permitieron visibilizar modelos de trabajo y experiencias donde la asociatividad logró el desarrollo de un proyecto; además, de que los sellos discográficos independientes son actores claves a la hora de pensar en ecosistemas asociativos y la importancia de que las compañías musicales independientes que son clave en los distintos territorios donde todavía no están presentes.
La dinámica de los músicos, desde su creación hasta su consumo se transformó en el universo digital. La manera en que escuchamos música está cambiando y las propuestas vienen de distintas fuentes.
Este módulo se propuso contar cómo es el recorrido de la música digital, mostrar algunas claves para el análisis de datos que esta genera, entender que ven los curadores a la hora de elegir un proyecto y ampliar las herramientas.
En este espacio se desarrollaron temas muy enriquecedores, relacionados a las diversas plataformas distribuidoras digitales, plataformas de streaming y redes sociales. Además, se presentó un estudio que brinda una forma innovadora de ver los datos de artistas en Spotify.
Se analizó cómo la curaduría es una herramienta vital para lograr un vínculo exitoso con las audiencias y cómo generar una estrategia de lanzamiento es un proceso trascendental para dar a conocer nuevas obras y para apostar por un desarrollo artístico profesional.
Los temas abarcados fueron:
El cuarto y último módulo de este proceso se enfocó en ideas y opciones a la hora de pensar en la sustentabilidad de los proyectos tomando en cuenta las múltiples formas que hoy ofrece la tecnología. Se brindó un espacio a la circulación de proyectos en vivo y algunos casos de ejemplo. Y para finalizar se realizó un repaso general con algunas reflexiones aprendidas en todo el proceso
Los temas vistos fueron:
El sector musical debe seguirse formando para entrar en un proceso de profesionalización cada vez más profunda. Dentro de este esfuerzo es importante destacar la biodiversidad de Costa Rica, que permite que haya una sobrevivencia. Esa misma músico-diversidad debe ser indispensable.
Al hablar de música y territorio se busca enraizar más los procesos en que la ciudadanía tiene la palabra, un papel importante y la correspondiente participación porque crea grupos y ayuda a mantener esa diversidad cultural.
Para avanzar con estos procesos la captación de análisis de datos es muy importante. Si no hay datos, no solo no se pueden tomar decisiones, sino que se pierde la historia y si se pierde la historia, se pierde también la identidad. Hay que conservar acervos, pues el pasado permite mejorar el presente. Una sociedad sin pasado uno tiene futuro.
Fortalecer el sector es una forma de poder anticiparse. El mercado varía de una forma muy rápida, lo que quiere decir que se debe incrementar el conocimiento para saber leer esos cambios del entorno.
La vinculación con el turismo es una respuesta a esto, pues el mercado y la estrategia para estructurar procesos permite entrar en otro sector para influir en que alguien acabe incluyendo en sus listas de música a las obras costarricense.
Todo esto debe conllevar también la formación continua, al estar presente se abren las posibilidades para producir y para seguir desarrollando políticas.
El cuarto elemento presente es el de música y territorio, que debe estar en el centro. Una política que no ponga a las personas en el centro no funcionará. Si se habla de “sector musical”, no se puede hablar de una política del sector si no ayuda a que la ciudadanía la viva.
El reforzamiento sobre la importancia de fortalecer el consumo de música local debe ser constante, pues no puede reducirse a un esfuerzo anual únicamente. La asociatividad y el trabajo constante son claves para poder hacer realidad la hoja de ruta trazada y propuesta por los mismos participantes del foro.
Se rescata especialmente el interés y disposición por trabajar como un ecosistema, donde Costa Rica demuestra que hay un interés genuino para darle más fuerzas al sector y, por ende, a todos los participantes de la cadena de valor involucrada.
De acuerdo a la ubicación geográfica del país, a la migración presente, el país se ofrece como un caldo de cultivo para que, dentro del proceso de circulación, se pueda a aprovechar la posibilidad de reinterpretar ritmos ancestrales y que, a la vez, se incorporen otros más.
Es vital la incorporación de integrar todas las herramientas digitales existentes actualmente dentro de la estrategia a aplicar, facilitando así la constante actualización en tendencias y el aprovechamiento de los diversos canales existentes. Dentro de la conversación sobre este tema sale a la vista la necesidad de contar con espacios de periodismo y crítica musical más seria. A la vez, se habló sobre la necesidad de identificar la manera en la que puede solidificarse la identidad nacional, pues, de lo contrario, ocurrirá que la diversidad cultural presente en el país derivará en identidades fragmentadas.
Dentro de los desafíos planteados se habla también de la necesidad de identificar nuevos públicos. La pregunta de cierre es: ¿Están ustedes preparados para trabajar juntos y a largo plazo?.
Como resultado de la mesa de Circulación se presentó la necesidad de aumentar la circulación a nivel local. En la perspectiva de Noela Salas, el propósito de “aumentar” puede ser peligroso, en cuanto se requiere, antes, entender el contexto de dicho aumento. Esto implica la inteligencia de las rutas que se tomen y dejar de lado la “precariedad” de la que suele ser víctima el sector musical.
Se suma a esto el recordatorio de que, lo que se esté desarrollando en el presente, es apenas el punto de inicio de lo que se desarrollará hacia adelante, en un proceso continuo que no tiene un fin marcado.
Dentro de este esquema también se resalta la necesidad de prestar atención a la proyección que se da, por el trabajo y los esfuerzos que se generen, en este caso, de cara a los cinco objetivos planteados:
Dentro de las tareas que corresponden para darle seguimiento a este tema se presenta la necesidad de una articulación que mejor las condiciones existentes, así como la coordinación entre las partes participantes. Este último punto llevaría entonces a la ejecución de mejores prácticas. El propósito, a fin de cuentas, también implica la estimulación de una inteligencia colectiva de los recursos disponibles, con la noción de que “hay que trabajar con lo que hay”.
La circulación tiene un vínculo con la identidad cultural, más allá de los canales o plataformas que se empleen, entre ellas el turismo (cuya mención en la mesa fue reiterado). Dentro de estos esfuerzos es indispensable la noción de fomentar a la audiencia en general, pero siempre pensando que eso derivará en un crecimiento a modo país. Par esto es necesario darle valor a la asociatividad colectiva. “Entre más seamos, más crece el sector”.
Por último, se plantean cuatro desafíos:
Estas rutas internas se proyectan hacia el futuro como un lugar recurrente y no como un evento que inicia y acaba.
En febrero del 2021 dio inicio Música Fast Forward FFWD, con el apoyo de la Unión Europea, la cooperación de UNESCO y en el marco de la Estrategia Costa Rica Creativa y Cultural 2030, este proyecto de asistencia técnica, enfocado en el fortalecimiento del sector musical del país, mediante una serie de acciones orientadas a impulsar su profesionalización, asociatividad y visibilidad; busca reforzar la competitividad del sector, así como su formalización y ser escalable para otras disciplinas del sector.
MÚSICA FFWD se realizó bajo la coordinación de Nicolás Madoery como experto internacional en proyectos musicales con amplia experiencia en América Latina y Roberto Montero como experto local con un vasto conocimiento del sector musical nacional y con el acompañamiento de personal técnico del Ministerio de Cultura y Juventud y de la Oficina UNESCO en San Jose.
Uno de los ejes desarrollados dentro de la cooperación es el estudio de la formalización del trabajo cultura y su importancia como generador de crecimiento económico y empleo digno, y toma al sector música como punto de análisis. Esta temática fue abordada por la especialista internacional Eva Moraga desde España.
La asistencia técnica para reforzar la competitividad del proyecto se enfocó, en una primera etapa, en el desarrollo de módulos formativos bajo los ejes de profesionalización, asociatividad y visibilidad. Entre los meses de abril y julio del presente año se ejecutaron cuatro módulos formativos de cuatro sesiones cada uno, con expertos del sector musical a nivel nacional e internacional . Las temáticas abordadas se enfocaron en los temas de:
Estos módulos formativos contaron con una convocatoria abierta y una participación de aproximadamente 40 profesionales en cada una de sus diferentes sesiones. Bajo una metodología dinámica e interactiva, se analizaron casos reales de proyectos de música en las distintas temáticas desarrolladas.
La segunda etapa de Música FFWD con enfoque en profesionalización, contó con un programa de mentorías para ocho proyectos, cada uno recibiendo seis horas de asesoría virtual. Participaron como mentores de esta etapa Eddy Gómez (Directora de proyectos del sello disquero colombiano Llorona Records), Colombia, Claudia Pereira, de Chile (Especialista en Management y Comunicación de Empresas Culturales), Martín Giraldo, de Colombia (Estratega senior de marketing digital); así como Dani Ribas de Brasil (Directora de Sonar Cultural Consultoría y profesora de music business).
Como tercera etapa, se realizó el Foro Música FFWD CR del 28 de octubre al 8 de noviembre del 2021. Este proceso reunió a profesionales de distintos ámbitos del sector. El espacio estuvo compuesto por tres grupos de trabajo divididos por temática y cada uno con el acompañamiento de un experto internacional en los siguientes temas:
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El foro de Música FFWD, celebrado en noviembre 2021, marcó el cierre de once meses de trabajos tras los diversos espacios, en una serie de jornadas de diálogo, reflexión y presentación de propuestas con representantes del sector y las instituciones involucradas.
Contó con la participación de un grupo limitado de participantes invitados por la Unión Europea, Unesco y el Ministerio de Cultura y Juventud. Cada grupo se integró según la afinidad temática y labores dentro del ecosistema musical costarricense para que cada participante aportara desde su perspectiva personal-profesional, así como desde su entendimiento del entorno local.
Los espacios de diálogo tuvieron la misión de generar problemáticas y oportunidades, convirtiéndose en una oportunidad para generar nuevas redes y proyectar nuevos espacios donde se contrasten ideas que pueden ser capaces de sentar las bases para el desarrollo del sector.
En conjunto, desarrollaron temas estratégicos para el sector en espacios de trabajo dirigidos por una persona experta internacional. Los temas incluidos en las sesiones principales fueron:
Con este proceso, se permitió que el propio sector aportara insumos que fueron incorporados al plan de trabajo entregado al Ministerio de Cultura y Juventud como producto general del proyecto Música FFWD.
Cada grupo de trabajo elaboró una hoja de ruta sectorial con 5 objetivos cuantificables, acompañados de la identificación de acciones concretas para alcanzar dichos objetivos. Adicional a esto se hizo una lista de las 10 acciones prioritarias para el sector a partir de un análisis de impacto transversal.
“La motivación que se hace desde las organizaciones a cargo de la realización de este proceso es que cada participante y gremio valore su rol clave en el desarrollo cultural del país. Se le insta a las personas que fueron parte del proceso a continuar en su proceso de articulación, profesionalización y búsqueda de incidencia en la generación de políticas públicas relacionadas.